La Letra Escarlata, tratado de la novela de NATHANIEL HAWTHORNE de 1850…
Una historia hecha de pasión, venganza, prejuicio e ignorancia…
Una mujer obligada a llevar la marca de su “infamia”, de su amor ultrajante, el enésimo ejemplo de un mundo que dicta reglas injustas y nos obliga a someternos…
Hermosos escenarios y referencias históricas que resaltan tanto el amor prohibido como la infame caza de brujas… que, ay, no era más que una psicosis colectiva, dictada por la ignorancia, la envidia y el desmedido fanatismo…
Un aplauso, como siempre, a Gary Oldman, que, tras el éxito de Drácula, estaba en un estado de gracia…
Una espectacular Demi Moore…
CURIOSIDADES
Hester es una de las primeras figuras femeninas de la novela de finales del siglo XIX que soporta las dificultades con fuerza y determinación. Una de las primeras mujeres en convertirse en un modelo a seguir, porque ante un obstáculo no cede, sino que lucha, y si cae, se levanta. Cuando es repudiada por toda la sociedad a causa de su hija ilegítima, no se rinde y se hace famosa en todo el país por sus dotes de costurera. Cría a su hija, a pesar de que las autoridades quieren llevársela. Hawthorne fue uno de los primeros escritores en pintar y dar fuerza a los derechos y al trabajo de las mujeres.
Nada se deja al azar en La letra escarlata: todos los nombres de los protagonistas, aparte de Hester, tienen un significado preciso. En primer lugar, la hija nacida de una relación adúltera se llama Perla, como una cosa preciosa, a pesar de que la niña es algo no deseado. Una clara indicación de las opiniones de Hawthorne al respecto. Dimmesdale, el culto teólogo, proviene de dale (valle) y dim (ofuscado por la niebla) y, de hecho, indica a un hombre cuya educación no lo guía hacia la verdad. Finalmente, el frío y retorcido Chillingworth proviene del inglés worth (capaz) y chilling (de hacer temblar). En varias ocasiones a lo largo de la novela, el esposo de la protagonista se describe con rasgos demoníacos.
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