I Padroni della Notte
di James Gray (2007)
Nuevo encuentro con esta sección dedicada a las películas que tratan sobre actividades criminales y **I Padroni della Notte** es sin duda la película más adecuada.
Bobby gestiona un local frecuentado por la mafia rusa y ha roto hace tiempo los lazos con su padre y su hermano, que trabajan como policías.
Sin querer, se verá involucrado en una investigación que pondrá en crisis todas sus certezas y lo obligará a tomar una decisión definitiva sobre su futuro.
“Debo irme papá…”
“Bobby, quiero decirte algo: tarde o temprano estarás con nosotros o con los traficantes de drogas. Se ha convertido en una guerra: ¿lo entiendes? ¿Sí o no?”
“Nos vemos”
“Ten cuidado”
(Bobby & Burt Grusinsky)
Un padre, dos hijos
Bobby es el hijo perdido. La oveja descarriada, aquel que lleva una vida disoluta, quien incluso ha renunciado al apellido de su padre, aunque solo por razones de negocios.
Se mueve en su local como un rey, entre drogas y prostitución, entre jefes de la mafia rusa y alcohol a raudales. El dinero no le falta y tiene a su lado a una mujer hermosa que quita el aliento.
Joseph es su opuesto. Perfecto, honesto, fiel a las reglas. Ha seguido los pasos de su padre y ha hecho carrera en la policía.
Desprecia a su hermano y sus elecciones, y no pierde la oportunidad de demostrarlo, llegando incluso a irrumpir en su local, sin previo aviso. Sin embargo, de vez en cuando se pregunta cómo debe ser vivir sin seguir ningún tipo de regla.
Y luego está Burt, un padre amoroso con ambos hijos que intenta desesperadamente ser el pegamento entre las dos partes.
No juzga, sino que observa y trata de entender las diferentes posiciones, buscando un equilibrio familiar que parece imposible. ¿Logrará, de alguna manera, el vínculo de sangre que los une hacer que se reencuentren?
Gray realiza una película increíblemente bella, injustamente ignorada por parte de la crítica. Dura, tensa y altamente dramática, con algunas escenas memorables (entre todas, la persecución en coche bajo la intensa lluvia).
Espectacular y adrenalínica cuando es necesario y, al mismo tiempo, íntima, desesperada y profunda. Una película que se inspira en los tonos, los colores y la puesta en escena del cine de gente como Scorsese o Mann, una obra que parece salida de los años 70.
Y que, lo que es aún más importante, no desentona en absoluto en la comparación. Realmente una pequeña y gran joya.
Los actores hacen el resto ofreciendo interpretaciones realmente notables.
Todos perfectamente dentro del papel, comenzando por el hijo rebelde Joaquin Phoenix hasta su hermano, interpretado por un sorprendente Mark Wahlberg, involucrado en la lucha contra el crimen junto a su padre Robert Duvall, quien, como suele sucederle, es simplemente perfecto.
Pero no debemos olvidar a Eva Mendes, tan dulce y sensual pero capaz de mostrar determinación y coraje cuando es necesario.
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