Antes de ser etiquetado como “El Bosque de los Suicidios”, este lugar misterioso se llamaba Jukai, es decir, mar de árboles.
Se extiende al noroeste del Monte Fuji, en la Prefectura de Yamanashi, Japón.
No es raro encontrarse en el camino con carteles que intentan disuadir a los visitantes de quitarse la vida.
De hecho, este es un lugar tristemente conocido por el alto número de suicidios que ocurren cada año, convirtiéndolo en el segundo lugar del mundo, después del Puente Golden Gate en California, donde se recuperan los cuerpos de quienes eligen quitarse la vida.
No está claro, por supuesto, la razón de estas tragedias.
Las Leyendas
Corren leyendas sobre la maldición del bosque, habitado por las almas insatisfechas del pasado, que atraerían a los espíritus más sensibles, a personas frágiles, enfermas o con problemas que en ese momento parecen irresolubles, a adentrarse en la oscura selva para luego ser engullidos y cesar todo sufrimiento.
El bosque Aokigahara es considerado por los supersticiosos y por quienes creen en las leyendas, un bosque habitado por demonios.
En la mitología japonesa, quienes en el pasado entraron sin guía en este bosque, nunca salieron, poblando el área con el espíritu que salió del cuerpo inerte.
La creencia sostiene que el alma que se pierde en el bosque no puede dejar la tierra porque es presa de la angustia y la tristeza, obsesionando a los visitantes y apareciendo a quienes caminan por los senderos, quienes se sienten golpeados por un maleficio.
Los árboles mismos, según la leyenda, están impregnados de la energía maligna acumulada a lo largo de los siglos.
Y ustedes, almas oscuras, ¿se adentrarían sin guía en el bosque de los suicidios?
Películas ambientadas o inspiradas en el bosque de Aokigahara:
- “Aokigahara” de Shintarō Ishihara, “Grave Halloween” de Steven R. Monroe (horror),
- “El bosque de los sueños” (The Sea of Trees), dirigido por Gus Van Sant
- “Jukai – El bosque de los suicidios” (The Forest), un horror dirigido por Jason Zada en 2016.
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