El Puente del Diablo.
Es un antiguo puente medieval situado en la región del Piamonte, en la provincia de Cuneo. Es famoso por su arquitectura sugerente y la leyenda que lo rodea.
Tiene una altura de aproximadamente 18 metros y grandes arcos desiguales.
El mayor tiene un diámetro de 27 metros y una longitud de 6 metros.
Fue construido en 1428 por un tal magister Antonius para facilitar el acceso a Dronero y al valle Maira a quienes llegaban desde Cuneo.
La leyenda.
Se cuenta que los habitantes de Dronero intentaron durante mucho tiempo construir un puente que les permitiera cruzar sin dificultad el torrente Maira.
Desafortunadamente, cada intento resultaba en un fracaso. Ninguna construcción parecía ser lo suficientemente robusta frente a las crecidas del impetuoso torrente. Por cada puente que se construía, bastaba una lluvia abundante para hacer colapsar todo el frágil trabajo de los hombres.
Parecía todo inútil, tanto que, en un momento dado, el alcalde del pueblo decidió pedir ayuda al Diablo con la esperanza de que pudiera construir un puente lo suficientemente sólido.
El Diablo aceptó y hizo un pacto con el alcalde: se decidió que la primera alma que cruzara el puente una vez terminado sería suya.
Y así fue como Dronero finalmente tuvo un puente lo suficientemente robusto como para resistir incluso las peores tormentas y las devastadoras aguas del torrente.
Quedaba la cuestión del alma que debía ser entregada al Diablo para honrar el pacto hecho.
El alcalde tuvo entonces una idea para resolver la cuestión: tomó un pedazo de pan y lo lanzó sobre el puente. Inmediatamente después, un perro callejero que pasaba por allí se apresuró a tomarlo, convirtiéndose de hecho en la primera alma en cruzar el nuevo puente.
El Diablo, burlado por la jugada del alcalde, huyó furioso. Desde ese día, el puente tomó el nombre de Puente del Diablo.
El Puente del Diablo de Dronero es hoy un icono histórico y turístico.