Gatos Rojos en un Laberinto de Vidrio

Gatti rossi in un labirinto di vetroGatos Rojos en un Laberinto de Vidrio (Umberto Lenzi, 1975)

“Lo que vi fue como un gato rojo que pasaba frente a mí y desaparecía entre los árboles.
Volviendo a hablar del giallo italiano, esta vez en tonos felinos rojos. ¿Quiénes serán estos gatos rojos? ¿Era un título engañoso? ¿Y el laberinto, una metáfora?
Con esta película, el director Umberto Lenzi cerró el paréntesis relacionado con el giallo, con un producto que retomaba tanto o más que otros los elementos clásicos de las películas de Dario Argento, para luego pasar a un terreno que resultaría aún más afín a él con el drama thriller/poliziotteschi.

Gatti rossi in un labirinto di vetroPero vamos a la trama de esta película:

Un grupo de estadounidenses de excursión en Barcelona se ve repentinamente envuelto en una serie de brutales asesinatos en los que un desconocido asesino disfrazado con una capa roja apuñala a jóvenes mujeres de las que luego arranca el ojo izquierdo. La policía sospecha, después de mucho tiempo en la oscuridad, que el asesino es el publicista Marc Burton, amante de la señorita Paulette Stone. El hombre, por su parte, cree que la responsable de los asesinatos es su esposa Alma, desde hace tiempo enferma de los nervios. Años atrás, de hecho, en el país donde vive la expedición estadounidense, una chica fue asesinada y Marc encontró a su esposa en el suelo inconsciente, con un cuchillo en la mano y un bulbo ocular no muy lejos. Marc tiene motivos para creer que su esposa Alma, ya cerca del divorcio por voluntad del hombre, ha viajado a Barcelona para desatar su furia asesina contra todas las mujeres de la expedición… 

Gatti rossi in un labirinto di vetroAnálisis y consideraciones

«Gatos rojos en un laberinto de vidrio» es una película que encarna perfectamente el espíritu del giallo italiano, con todos sus elementos distintivos: tramas complejas, violencia estilizada, erotismo sutil y una profunda exploración de la psique humana. Es una obra que sigue siendo apreciada por los aficionados al género por su capacidad para entretener e inquietar, manteniéndose fiel a las convenciones del giallo pero ofreciendo algo único. Un verdadero clásico, que sigue siendo un punto de referencia para los amantes del cine de género.

El director Lenzi, con esta película, no se conforma con seguir las convenciones del género, sino que las expande, jugando con las expectativas del espectador y entrelazando hábilmente la trama con temas más amplios, como la fragilidad de la percepción humana y la naturaleza voyeurística de la sociedad. La elección de usar el punto de vista del asesino a través de lentes rojas no es solo un truco visual, sino una elección estilística que sumerge al espectador en la mente distorsionada del asesino, creando un vínculo inquietante entre mirar y ser observado.


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