Nemico Pubblico n.1 – L’istinto di Morte
𝐝𝐢 𝐉𝐞𝐚𝐧-𝐅𝐫𝐚𝐧𝐜𝐨𝐢𝐬 𝐑𝐢𝐜𝐡𝐞𝐭 (𝟐𝟎𝟎𝟖)
Primera parte de un díptico de películas dedicadas a la vida de Jacques Mesrine, el criminal francés más famoso de la posguerra.
Cita.
“No hay héroes en la criminalidad, solo hombres que no quieren aceptar la ley. Alguien dirá que hay otras formas de vivir, pero yo no tuve elección.”
(Jacques Mesrine)
Jacques René Mesrine.
Este personaje apodado “el hombre de las mil caras” o “el Robin Hood francés”, es hijo de ricos comerciantes de tejidos.
En su infancia, comienza a frecuentar el barrio de Pigalle, en París.
Insoportable a la escuela, será expulsado del liceo laico de Clichy por repetidas violencias contra el director.
Después de casarse y adoptar al hijo de una joven estudiante de química, participa en la guerra de Argelia, donde es condecorado con la Cruz al Valor Militar.
Esta experiencia lo marca profundamente, debido a su presunta participación en la “corvée de bois” (ejecución sumaria de prisioneros argelinos).
Al regresar a la patria, descubre el amor por las armas y participa en varios robos a mano armada y hurtos con fractura. Se casa con María de la Soledad y tiene tres hijos.
Comienzan para él los arrestos y las reclusiones. Primero en Neubourg, donde estaba preparando un golpe, luego en Évreux y en Orleans.
Por un breve período, deja la carrera criminal y desea cambiar de vida.
Obtiene un trabajo legal en un estudio de trabajo de interiores, pero un recorte de personal lo condena a perder el puesto y Mesrine elige nuevamente el camino del crimen.
Sigue, en 1965, un nuevo arresto en Palma de Mallorca y una reclusión de seis meses. En los años siguientes, ataca una joyería en Ginebra y roba un hotel en Chamonix, antes de refugiarse, en 1968, en Quebec.
Allí, hace pareja fija con una prostituta, Jeanne Schneider. Juntos, secuestran a un millonario discapacitado, Georges Deslauriers, y piden un rescate de 200.000 dólares.
Con esta última hazaña, a finales de los años 60, Mesrine ingresa oficialmente en la criminalidad organizada.
Consideraciones.
Richet describe en su totalidad a un personaje realmente muy conocido en Francia, aún hoy considerado un ícono del contrapoder, sobre todo por los chicos.
Un lobo solitario, al menos hasta finales de los años 60, período en el que se centra esta primera película.
Un anarquista, sin código moral, intolerante a las instituciones y a cualquier tipo de regla, pero también un mentiroso patológico.
Mesrine sabía ser al mismo tiempo simpático y amoroso con las personas que amaba, para luego dejarse llevar por comportamientos extremadamente violentos.
En una ocasión, por ejemplo, llegó a amenazar a su esposa metiéndole una pistola en la boca, para impedirle llamar a la policía.
El director es muy hábil en subrayar todos estos aspectos y en crear un cuadro variado de este personaje lleno de contradicciones, evitando así el error de transformarlo en un héroe.
A nivel técnico, son de gran clase y realmente notables los split screen que aparecen en los títulos de apertura y que muestran los últimos instantes de vida del protagonista.
Las atmósferas y situaciones son las clásicas del noir y la tensión se mantiene constante durante toda la película, tanto en las escenas de acción como en las de simple diálogo.
Cassel posee todo el “physique du rôle” necesario para el papel y nos regala una de sus mejores interpretaciones.
Una actuación nada fácil pero lograda a la perfección: carisma y encanto pero también arrebatos de ira y violencia súbita e incontrolada.
En la pantalla logra conferir a su personaje toda el alma y la energía que necesita.
También Gérard Depardieu, en el papel de Guido, jefe de la criminalidad local, logra impresionar por la capacidad con la que se mete en el papel.
Nemico Pubblico n.1 – L’istinto di Morte es una película recomendada para todos, no solo para los amantes del género.
Contiene “destellos” de gran cine.
Inspirado en la novela autobiográfica de Jacques Mesrine «L’Instinct de mort».