Non Ser Malo
de Claudio Caligari (2015)
Cesare y Vittorio, dos grandes amigos desde la infancia, se mueven entre el tráfico de drogas y la microcriminalidad hacia un futuro que parece siempre escaparse de sus manos.
Cita.
“Oh, de cerca pareces un marciano.”
“Tú también. Somos dos marcianos.”
“Sí, ¡ojalá! Sería genial.”
“Pero me parece que hemos aterrizado en el planeta equivocado.”
(Cesare y Viviana)
¿Quién es el verdadero malo?
Cesare ciertamente no lo es. Quizás es un chico un poco demasiado impulsivo, que levanta la voz con frecuencia y nunca retrocede ante una pelea.
De hecho, a menudo es él quien la provoca. Con su manera un poco arrogante y autodestructiva, con su constante necesidad de dinero para salir adelante. Puede parecer malhumorado y sin duda tiene serios problemas de adicción.
Pero definitivamente no es malo.
¿Y qué decir de su amigo fraterno Vittorio? Él también intenta sobrevivir, tirando de pequeños robos y trabajando en una construcción. Parece más tranquilo y reflexivo que Cesare, menos propenso a meterse en problemas. Él también tiene un gran problema con las drogas y lucha por su futuro como puede.
Él tampoco es malo.
Y tampoco son malos los personajes secundarios que se mueven, en círculo, sin un rumbo fijo, en ese universo desesperado que parece el paseo marítimo de Ostia.
Son pequeños delincuentes, activos en el tráfico de drogas, en robos y estafas. O son las mujeres de los protagonistas que intentan salvarlos mostrándoles un camino diferente, una alternativa.
Algo por lo que valga la pena vivir.
Y entonces tal vez sea el mundo el que es malo, especialmente en algunos contextos periféricos sin esperanza, donde todo parece sin perspectivas y sin sentido.
Reflexiones.
Claudio Caligari entrega a la historia su testamento artístico. No ser malo es su última obra, completada por el director poco antes de morir y lanzada póstumamente. Forma, junto con las anteriores “Amore tossico” y “L’odore della notte”, una especie de trilogía.
Caligari continúa con su estilo crudo y realista, utilizando escenarios auténticos y un lenguaje directo para contar la vida de los personajes. Trata los temas de la drogadicción y la amistad, sin emitir juicios, limitándose a capturar una realidad compleja y desoladora. De la misma manera, es capaz de infundir un poco de esperanza dentro de un cuadro desesperado, a través del intento de redención de Vittorio. No ser malo también contiene momentos de gran emoción. Por ejemplo, la desgarradora escena del osito de peluche que lleva una camiseta con la frase que da título a la película, o el final de gran impacto emocional.
Esta película ha consolidado definitivamente el mito de Caligari como un maestro del cine realista italiano. Aclamada por la crítica, ha recibido numerosos premios y reconocimientos y fue la candidata italiana al Oscar a la mejor película extranjera. Además, ganó el Nastro d’Argento a la mejor película. La actuación de los actores, en particular la de Luca Marinelli y Alessandro Borghi, fue muy apreciada.
No ser malo se considera una de las obras más importantes del cine italiano de los últimos años.
Se ve como una digna conclusión de la carrera de Caligari y un homenaje a su capacidad de representar la realidad social con autenticidad y profundidad emocional.
La película ha contribuido a reforzar la reputación de Caligari como un director capaz de dar voz a los marginados y de contar historias intensas y humanas con una mirada sincera y penetrante.
Entre los productores de la película se encuentra Valerio Mastandrea, amigo de Caligari, quien completó personalmente la realización de la película tras la prematura desaparición del director. Incluso llegó a escribir una carta a Martin Scorsese en un intento de buscar ayuda y crear un pequeño revuelo mediático en torno al proyecto.
No ser malo es una película absolutamente imprescindible, tal vez el último gran testimonio de un cine que ya no existe.
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