Hombres de Palabra 𝐝𝐞 𝐅𝐢𝐬𝐡𝐞𝐫 𝐒𝐭𝐞𝐯𝐞𝐧𝐬 (𝟐𝟎𝟏𝟐)
Val, después de pasar 28 años en prisión por matar al hijo de un jefe local, sale y se reúne con sus viejos amigos, Doc y Hirsch.
Cita.
«Estas son cosas que traen consecuencias… ¡nosotros somos las consecuencias!»
(Val)
Tres hombres inteligentes.
La edad cronológica, ya se sabe, para muchos representa solo un número, una convención.
Y entonces nunca es demasiado tarde para vivir una última noche en compañía de los viejos compañeros de trabajo.
Una noche en la que el tiempo parece dilatarse infinitamente, en la que cada segundo se siente presente.
Y todo parece proceder de manera tranquila, entre el recuerdo emotivo de los viejos días de gloria y las reflexiones sobre la reconquista de la libertad, pero también en el renovado sentimiento de amistad que une a los personajes.
Sin embargo, hay un terrible secreto guardado por Doc que obligará a los tres a enfrentarse, de manera definitiva, con su propio pasado.
Todo esto, justo en el momento en que el amanecer de un nuevo día parece finalmente llegar…
Consideraciones.
Fisher Stevens dirige esta película con tonos muy crepusculares, con incursiones en la comedia, y la confía a tres gigantes de Hollywood.
Y es precisamente la presencia de Pacino, Walken y Arkin lo que sostiene y, al mismo tiempo, justifica el proyecto.
Una película que, en última instancia, puede ser vista como una especie de parodia de las películas de gánsteres del pasado, o incluso como su lápida.
En «Hombres de palabra», los protagonistas se encuentran involucrados en todas aquellas acciones que caracterizaron su vida cuando eran más jóvenes.
A pesar de la avanzada edad, los vemos lidiar con balas voladoras, robos de medicamentos y autos y propósitos de venganza.
Sin mencionar las incursiones grotescas en una casa de citas.
«Hombres de palabra» es una película que fluye ligera, con un ritmo irregular, sin pena ni gloria, pero que merece una visión.
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